Notas biográficas
Silvano Piccinini

El artista de Carpi me cuenta que con sus instantáneas siempre ha querido entrar en contacto emocional con el mundo y comprender su evolución.  Piccinini compra su primera máquina fotográfica con 18 años, “una ZORKI 4”. A partir de ese momento empiezan las primeras tomas de contacto y las primeras experimentaciones,  y siente inmediatamente que ese mundo le pertenece. Tras un primer periodo como autodidacta, Silvano se acerca a la técnica fotográfica y frecuenta maestros y estudios fotográficos hasta que se siente preparado para sus primeras fotografías profesionales. Tras realizar algunos servicios fotográficos para celebraciones en los años setenta, Piccinini emprende nuevas e importantes iniciativas en su actividad empresarial y produce personalmente todos sus servicios sobre los componentes técnicos de la empresa. En el transcurso de los años, gracias a sus innumerables viajes al extranjero, crea una serie de colecciones de imágenes: “los reportajes”. Viaja a Brasil, Argentina, Canadá, China, Corea, Grecia, Turquía y visita a lo largo y a lo ancho continentes como América, África Y Europa. De este modo asimila la cultura y los usos y costumbres de otros pueblos, y los describe en innumerables instantáneas. Hoy, el artista percibe que está en un nuevo momento de cambio: sus últimas series de obras nos dan el sentido y el alcance de este cambio. Su palabra clave es “ENERGÍA”. Y, para apropiarse del valor de este término, Piccinini quiere proponer una visión del mundo inédita que no se lee visualmente, sino a través de la fuerza de la luz y de las tecnologías: redes, sensores, pulsaciones, satélites, partículas cósmicas que asumen con frecuente instancia el aspecto de transacciones. Esas que cada día y cada noche invaden nuestra vida y determinan el nuevo modo de ser, de existir y de percibir. Al igual que Luigi Ghirri, Franco Fontana, Walter Niedermayr y Olivo Barbieri, también Piccinini ha nacido y crecido bajo el signo de “GHI”, el gran maestro estampador modenés.